Información - Los "malos"

LAS FUERZAS DEL CAOS

Caos. De todas las amenazas a las que el Viejo Mundo debe enfrentarse, ninguna provoca tanto miedo en los corazones de los hombres como la de los Seguidores del Caos. Siendo todos esclavos de la oscuridad, han jurado obediencia a las Fuerzas Ruinosas, algunos voluntariamente, algunos porque sintieron que no tenían opción. Sus formas son muchas y terribles, desde los retorcidos Hombres Bestia hasta los mismísimos poderes de los Demonios. Peor aún para la gente del Viejo Mundo son los numerosos Mutantes y seguidores de los Dioses del Caos que salieron de su raza antes de unirse a los Perdidos y los Condenados.

“Nunca se ha probado que los Cultistas del Caos sean nada más que el producto de la febril imaginación de algunos de los Cazadores de Brujas más fanáticos. La razón de que hablen una y otra vez de la “corrupción interior” y las “corruptas sectas orgiásticas del Señor del Placer” cuando el peligro real está en los merodeadores del norte nunca la sabré. Te pregunto, ¿qué motivación podrían tener esos mercaderes, nobles y estudiosos para aliarse con el Caos, cuando ya tienen posiciones de tal eminencia dentro del Imperio? Sería como una abeja reina envenenando a su propio nido.”




“Están en los bosques, sabes. Siempre allí. Cada vez que vas a los bosques existen posibilidades de que no estés muy lejos de un campamento de Hombres Bestia. Sobre todo se llevan leñadores y carboneros, pero de vez en cuando un grupo de esos saldrá de los árboles y atacará un pueblo o villa, quemando, matando y saqueando. No son tan minuciosos como las Ratas, es normal que encuentres uno o dos del poblado... escondidos, o habrán huido y regresado, o a veces serán dejados con vida por las Bestias que cuenten la historia a otros pueblos.”




“La única esperanza que tenéis contra ellos es permanecer firmes, todos vosotros. El problema es que la mera visión de esas cosas hace que vuestras entrañas se revuelvan y las rodillas tiemblen. Pero si corréis estaréis muertos, justo cuando hayan matado a los compañeros que no corrieran. Tenéis que permanecer firmes. Sólo tenéis una posibilidad si permanecéis juntos.”




“¿Qué es la muerte, sino el cambio definitivo, la expresión definitiva del Caos? Cuando te traigo muerte santifico tu exigua existencia, cambio tu anterior vida inútil en algo mucho más grande y mágico...”

LAS RAZAS DE PIELESVERDES

Desde los poderosos Orcos a los débiles Snotling, las razas de pielesverdes viven sólo para la guerra. Todas las otras actividades no son más que un preludio para su próxima batalla. Cuando surge un Señor de la Guerra Orco con suficiente fuerza y astucia, reúne bajo su bandera a tantas tribus como puede antes de lanzar un masivo ¡Waaaagh! contra el resto del Viejo Mundo. Una idea que llena de desasosiego hasta al guerrero más bravo del Imperio, ya que las hordas de pielesverdes son casi inagotables.

“Más grandes, duros y temibles que nosotros, pero podemos derrotarles. Tenemos muchas ventajas respecto a ellos, y tan sólo debemos aprovecharnos de esas ventajas y hacer lo que podamos para evitar que usen sus propias ventajas. Aunque seáis tres en una misión de exploración o forrajeo y os encontréis con cuatro Orcos los podréis derrotar, ya que lucharán entre sí si se les da la más mínima oportunidad. Se pueden usar los planes más simplones: limítate a decirles que su compañero les hizo algún gesto insultante a sus espaldas y antes de que puedas decir «¿qué es verde y está cubierto de sangre?» se estarán machacando.”



“Nunca verás nada más cruel que tres Goblins torturando a un ciervo herido que tenga una pata atrapada en una de sus primitivas trampas. No tengo nada contra los tramperos, comprende que yo mismo he puesto trampas, pero lo que hay que hacer es comprobar las trampas a menudo y luego librar al pobre bicho de su miseria tan pronto como puedas. El modo más sencillo para mí en este caso sería clavar tres flechas en los Goblins y luego una en el ciervo. Querría haber acabado primero con el ciervo pero era mejor acabar con los goblins mientras aún no sabían que estaba allí. Ah, pero el venado me supo bien esa noche, y también tengo una recompensa por las cabezas de los Goblins.”



“Es un hecho bien conocido que todos los pielesverdes se reproducen por partenogénesis, produciendo copias precisas de sí mismos, razón por la que parecen idénticos aparte del tamaño. El Snotling no es más que la forma infantil de un Goblin, que a su vez es la forma adolescente de un Orco; el Orco, si sobrevive lo bastante, se convertirá un día en un Orco Negro, la forma de edad mediana, y más tarde en un Troll de algún tipo. Esos, caballeros, son los hechos simples de la situación, y cualquiera que sostenga algo distinto no es más que un mentiroso, o aún peor, un bufón sin educación.”



“Zomoz fuertez y duroz. Loz fuertez ganan, y luego se comen a loz debiluchoz. Alguno de loz gobbos eztá bien uzarloz para esclavoz y para parar bolaz de cañón de loz humanitoz con zu cabeza, pero cazi todoz van a la olla. Un día oz comeremoz a todoz. Dentro de poco.”

HIJOS DE LA RATA CORNUDA

Ellos roen las raíces del mundo, planeando la caída de todas las otras razas. Son los Skaven, una raza de hombres rata nacidos a partir de roedores expuestos durante largo tiempo a los efectos mutágenos del extraño material del Caos conocido como Piedra de Disformidad. Desde las marchitas profundidades llenas de pantanos de Plagaskaven se esparcen por el Viejo Mundo, siempre buscando una ventaja que les permita derribar a sus numerosos enemigos y reclamar el mundo de la superficie como suyo...

...O no, ya que hay más de uno que dice que los Skaven no son más que un bulo, una ficción elaborada que sólo creen los locos. Lo cual es, si existen, justo lo que quieren que pensemos.

“¡Son terribles, terribles! Ojos rojos, chirridos desde las sombras y pies llenos de garras correteando, corriendo siempre por la oscuridad. Dragan oro de las profundidades y sobornan a los nobles para que miren en otra dirección mientras se llevan a nuestras mujeres y niños. Trafican con las artes más oscuras e invocan a los Demonios del Caos para hacer su voluntad. La mayoría de nuestras ciudades son gobernadas por sus agentes y es mejor que no sepamos nada para que así no entremos en pánico o huyamos, ya que un esclavo que ignora su esclavitud es controlado fácilmente. Cuando intentes luchar contra ellos harán que digan que estás loco y acabarás aquí conmigo.”




“Una y otra vez, esa ridícula farsa ha surgido para asolar nuestras deliberaciones. Ya he confrontado esta mentira aquí, en la Gran Sala, y sin duda me veré forzado a hacerlo otra vez mientras esta estúpida histeria asole a nuestra gente. Oh, seguro que existen docenas de hábiles falsificaciones, muchas producidas en masa por pícaros astutos que buscan conseguir un beneficio rápido vendiendo artefactos “genuinos” de hombres-rata a los incautos. Pero evidencia seria, no existe ninguna. Pensar que existe toda una raza de insidiosos hombres-rata corriendo bajo nuestras calles, intentando socavar el Imperio o, como los locos dirían, el mundo entero, pero que aún así no han sido detectados durante milenios... la mera noción es algo absurdo. El Caos, caballeros, es una amenaza lo bastante real y peligrosa sin tener que añadir los problemas con los Skaven.”

Albrecht Kinear, profesor emérito de la Universidad de Nuln

“Las alimañas de cualquier tipo son malas. Devoran el grano almacenado para tiempos mejores o arruinan las semillas. Es natural que los granjeros inventen historias sobre las peores sabandijas, ya que no son más que paparruchas. Todas se vuelven más grandes con cada historia, y una rata que fue una vez tan grande como un antebrazo crece al final hasta el tamaño de un poni. He escuchado historias de ratas más grandes que lobos y el doble de violentas cazando pueblerinos y cosas así. Basura. Oh, hay muchas ratas grandes en el norte, y aceptaría que una o dos pudieran haber sido tocadas por el Caos pero, ¿cuántas puede haber?”

LOS MUERTOS VIVIENTES

Ni pulso, ni respiración, ni vida, pero aun así se mueven. Muertos, pero existen para asediar a los vivos con pensamientos de su propia mortalidad. Con bocas sin lengua, susurran un solo nombre: Nagash. Nagash el Negro, primero y mayor de todos los nigromantes que jamás hoyaron el Viejo Mundo. Tan grande era su miedo de lo que había más allá del reino de la carne que estuvo dispuesto a cometer cualquier blasfemia si podía dominar la muerte. De sus investigaciones y rituales surgieron los muertos vivientes. En el Imperio, hablar de muertos vivientes hace que todos los ojos se giren hacia el este, hacia Sylvania, una tierra maldita y una vez la plaza fuerte de los grandes Condes Vampiro Von Carstein, quienes (supuestamente) han sido destruidos. Hay pocos que crean eso en realidad, ya que todos los que han vuelto de la tumba una vez es seguro que volverán a hacerlo.

“Deberían permanecer en sus tumbas, en la tierra, donde deben estar, en lugar de molestar a los vivos con sus repiqueteos.”



“Horribles y espeluznantes cosas. Dicen que cuando escuchas que algo hace “pom” en mitad de la noche, es que a un zombi se le ha caído un pedazo.”



“Si dejamos tranquilos a los muertos vivientes, ellos nos dejarán tranquilos. ¡La amenaza real es el Caos, te lo digo, el Caos!”



“Uuhhhhh.”